jueves, 31 de diciembre de 2009
Caos nocturno
y en sus ojos se refleja la luna
la oscuridad me atrapó entre sus brazos
inyectando escalofríos en mi nuca
Bajo la luz de las farolas de acero
Un niño de papel llora ríos de tinta
Mis pies se hunden en el barro
Mientras el cielo negro me observa con ternura
Adolescentes pintan en la parroquia
Dios no existe por eso triunfa la escoria
Ya no temen a la cruz ni a sus historias
Pues todos somos pecadores en la tierra
Y en los suburbios los niños perdidos
albergan odio y navajas en sus bolsillos
Buscando la presa mas debil del distrito
para saciar la ira y pulsión del momento
domingo, 6 de diciembre de 2009
Otra de borrachos
Vagando entre la penumbra de un amanecer sombrío
Voy dando tumbos de un lado a otro dejando caer mis babas
Bajo la mirada de las nubes tintadas de un naranja tóxico
Hoy el asfalto y la acera seran mis sábanas
Cobigaran mi cuerpo oscuro como el vacío
No es el vodka ni la mariuhana lo que arranca mis lágrimas
Son mis recuerdos fragmentados que aturden en este suburbio
Son mis ruinas mentales que vuelven efímeras
Vertiendo en mi cerebro ríos de ácido sulfúrico
Canto a los bloques marrones de estas barriadas
Y ellos siempre me responden con un lamento mudo
¿Porque este sin sentido? en la ciudad de corazones con corazas
Envueltos en una atmósfera de vicio y bullicio
¿Porque este malherido transeúnte no encuentra la calma?
Arrancaré mi corazón y lo enterraré bajo el asfalto
sábado, 5 de diciembre de 2009
Romance del borracho
martes, 20 de octubre de 2009
Madame Berna

Eric no estaba acostumbrado a hacer esa clase de cosas, pues las consideraba oscuras y inmorales.
Sin emargo su proliferante desesperación le había llevado a un estado de tensión y angustia tan profundas que ya no sabía a que recurrir...
-Dios...!Yo un hombre hecho y derecho!, todavía nose como he caído tan bajo...
Podría volver a casa, ¿pero? ¿Para que? siempre la misma mierda, necesito una solución, una esperanza...
Acto seguido subió la cremallera de su desgastado anorak, por el que no hacía mas que entrar el frío aire de la noche.
Había decido ir a aquel lugar, precisamente a esas horas en las que ya nadie conocido pudiera reconocerle, donde se supone podría encontrar alguna respuesta a sus pesquisas.
Un viejo letrero que se sostenía débilmente sobre aquel tinglado en el extrarradio de la ciudad anunciaba:
"Madame Berna" y justo abajo, otro decía "Hecha un vistazo a tu futuro, pero cuidado no hay futuro para el que no paga lo debido”
Antes de que el obrero de clase media baja se adentrara en aquel lugar que albergaba el misterio y la magia, una sombra emergió de sus profundidades en el momento más oportuno, como si ya hubiera estado esperándole allí hace mucho tiempo:
-Buenas noches Eric... Susurro una suave voz femenina que invadió sus oídos de una extraña sensación.
-Ah si hola, ¿usted debe ser Madame Berna no?
-En efecto, Eric...
-¿Oiga?, como sabe mi nombre, no creo haberla llamado, verá vi. Su anuncio en el periódico y me daba vergüenza llamar desde casa, entonces...
-! Tranquilícese mi arma!, no se preocupe, no tiene que dar ninguna explicación, solo acompáñame dentro y buscaremos tu respuesta
Un poco sorprendido por lo que acababa de suceder vaciló un instante antes de seguir con aquello, pero entonces tragó saliva y la siguió hasta el interior del toldo.
El atardecer tocaba sus últimas notas antes de dejar paso a el silencio de la noche, tan solo algunas farolas iluminaban la pequeña carpa situada en medio de un solar.
La verdad es que aquel local engañaba, una vez dentro era bastante acogedor, fragancias desconocidas para su sentido olfativo flotaban de manera intensa en el lugar embriagándolo por completo.
Ahora estaba sentado sobre un cojín muy cómodo, frente a la vidente gitana Berna que barajaba con rapidez y precisión una baraja de cartas del tarot.
-¿Bueno Eric? dime, ¿porque estás aquí? ¿Que es lo que te preocupa mi arma?
-Pues verá es que no se cómo empezar...
-¿Que problemillas con la parienta?
-¿Pero? ¿Como?...
Desconcertado, pensó que aquella tarotista le había leído el pensamiento.
-Uste, tranquilícese chiquillo que está mu tenso
-Bueno pues sí, ahora que lo dice discuto mucho con ella desde que me despidieron de la obra, y en el INEM no pagan muy bien, ya sabe la crisis...
-Uste espere, que aquí empiezo a ver argo interesante
Con sumo cuidado fue repartiendo una a una todas las cartas de la baraja sobre la mesa de mimbre, después las observó durante unos segundos, frunció el ceño, y acto seguido dijo:
-Su mujé está enferma ¿verdá?
Esta vez si que se quedó atónito, una gota de sudor cayó desde la cima de su calva hasta la prominente barbilla recién afeitada.
-! La virgen! de verdad sabe usted el futuro y el presente también
-En eso consiste mi oficio quillo...
-Vale, ahora se ha ganado toda mi confianza, por favor tiene que ayudarme, por favor dígame...
-Aspai, Aspai, poco a poco mi arma tenemos toda la noche por delante...
-De acuerdo, usted dirá como lo hacemos
-Bien, sigamos con su mujé, ¿quiere saber si se recuperará?
-Si, por favor, es lo que más me preocupa en este momento
Respondió con un hilo de voz muy angustiado.
-Pué ya puede respirá tranquilo cariño, que aquí me sale que su salú será fuerte
-Ufff..., no sabe como me alegra oír eso pensé por un momento...
-Bueno, bueno nu se me relaje demasiao, que el futuro es mu incierto
-Ah, vale, vale usted dirá, madame...
-Bien, pué vera uste aquí me sale que en lo que es dinero, regulín, regular
-Me caguen en la mar, si es que ya lo sabía yo
-Pero al menos puedo decirle que encontrara trabajo pronto
-Bueno, algo es algo
-¿Tiene uste alguna duda más?
-Mmm..... Bueno querría saber un poco de mi futuro inmediato ya sabe que pasará dentro de poco, respecto a todo
-Pué mire uste que aquí veo que va morir, !ademá por moroso!
-¿!Como!?
-Azi es
-Usted, no sabe de lo que habla, habrá acertado de casualidad con mi mujer, bah he perdido el tiempo me marcho
Acto seguido Eric salió corriendo de allí, mientras escuchaba como Madame Berna reía a carcajadas desde su pequeño tinglado.
Pasaron los días y no sabía porque desde lo sucedido aquella noche, se encontraba sin fuerzas, como preso de alguna enfermedad.
Una noche volviendo de la obra, ya que había recuperado su antiguo trabajo, como pronosticó Madame Berna, notó como alguien le seguía.
Una sombra surgida de un descampado, que sentía detrás, haciendo cada vez más corta la distancia, con unos pasos firmes y ligeros.
De pronto Eric comenzó a correr, el miedo invadió su cuerpo, aquel misterioso perseguidor también acelero el paso, pero sin preocuparse demasiado de que corriera mas que él.
Poco a poco la fatiga pudo con él y cayó redondo al suelo, su corazón estaba ya completamente muerto, entonces aquella figura que podría haber sido la muerte con guadaña se acercó para inspeccionar el cuerpo inerte. Acto seguido extrajo 50 euros de la cartera de Eric, que ahora era un cadáver rígido sobre el asfalto y dijo:
-Te lo dije mi arma, por moroso...
martes, 29 de septiembre de 2009
El tren

viernes, 25 de septiembre de 2009
Entre el humo y los sueños

Voy gestando un sueño
que se deshace en mis entrañas
como el Sol evaporando al hielo
iluminando mi piel surcada por telerañas
Pues ellas me hacen preso de este sucio suelo
envuelto entre las sombras
proyectadas por el fuego
de un mechero
Que prende la hierba que en mi boca
es el humo mágico que me eleva hasta el cielo
Donde imagino galeones zozabrando en mares de cobras
impactados por las olas de mortal veneno
Ordas de carcajadas
quieren romper este pecho
y crear constelaciones en tus labios con sus restos
Por eso doy a luz este sueño que gestaba
entre el humo y los sueños que atrape
en cada palabra
domingo, 23 de agosto de 2009
Al borde
El fuego de esta pluma no se apaga
siempre cuido el compás encajando cada palabra
cada rima es una historia en la memoria de este profeta
poeta con ritmo desde el papel hasta la acera
Cuidate de las bestias que acechan tras cada puerta
en la penumbra nocturna que en la nuca causa histeria
controla bien el pulso tenso en el tempo perfecto
el tiempo que me queda lo petare de versos
Pues a veces la condena es perderse entre lamentos
hoy mis mares de tinta maldita estan revueltos
Doy vueltas en un circo de política y de medios
que controlan ciudadanos cual rebaño de borregos
Pero pienso y no me dejo arrastrar tan fácilmente
soy la roca que resiste a la erosión de la corriente
Un demente sobre líneas grandes como catedrales
ni siquiera terromotos derribaran mis pilares
Los barrios desangran hambre de justicia
ganas de revolución por una sociedad distinta
martes, 4 de agosto de 2009
Muere un miserable (Capítulo 1)
Su rostro era blanquecino y escuálido, una alborotada mata de pelo se pegaba a causa de la lluvia contra su cara, entorpeciendo la huida.
No era muy alto, pero si extremadamente delgado, sus ojos azules transmitían un pánico muy intenso.
La tormenta arreciaba y no conseguía ver con claridad, tan solo podía correr mientras las voces de sus asesinos se acercaban cada vez más.
-!Ven aquí andrajoso! !voy hacerte picadillo! Gritaba uno frenético, ansioso de matar.
-De nada te servirá correr... Dijo el otro, en un tono bromista y a la vez aterrador.
Sus desmesuradas carcajadas no hacían mas que aterrorizarlo y minar las escasas energías que aún albergaba en su cuerpo ajado y deteriorado.
Llevaba así ya 10 minutos, desde que aquellos hombres aparecieron en mitad de la noche y mataron a sangre fría a uno de sus compañeros indigentes.
Donde compartía algo parecido a un pequeño poblado de chabolas en la antigua estación abandonada de "Péndulo".
Él mismo había presenciado la matanza ante sus propios ojos, presa del terror, mientras aquellos degenerados lo destrozaban a golpes y proferían crueles risotadas e insultos provocados probable mente por narcóticos.
Afortunadamente pudo cogerles un poco de ventaja antes de que advirtieran su presencia.
Ahora la adrenalina bombeaba con fuerza sus oxidados músculos, aunque eso no evitara que sus jóvenes y atléticos verdugos se aproximaran rápidamente.
Ambos iban completa mente rapados y vestidos con una especie de trajes de neopreno muy ajustados que resaltaban sus definidos músculos.
Calzaban unas botas negras donde había inscrito un símbolo muy extraño de color rojo, parecido a pegaso, el caballo de la mitología Griega.
Una extraña y blanquecina niebla cubría todo el distrito 4 donde el silencio fue quebrado por la estrepitosa persecución que pronto llegaría a su fin.
Algún temeroso vecino asomó la nariz por la ventana sorprendido por el ruido pero rápidamente volvía a esconderse en la frágil seguridad de su hogar en los suburbios.
-Bien, ¿a donde vas a ir ahora? ¿e? dime ¿adonde?
-Estas perdido, deja de correr, estúpido...
-Hay que exterminar a todos los inferiores...
- Hazle sufrir...
George, estaba atrapado. Había llegado al típico callejón sin salida y su situación era como la de un zorro rodeado por dos agresivos y enormes perros de presa.
-¿Po? ?Porque?...
-¿Porque? porque eres débil, porque para que... !nosotros! los olimpos seamos la raza dominante, la escoria como tú debe ser exterminada
-Por favor, piedad...
El primer puñetazo fue como una extraña sensación de calor en su mejilla, a este le siguieron una serie de tremendos golpes que le dejaron casi sin sentido.
-! En nombre de los Olimpos!
-!Y de la superioridad! Añadió el otro con una carcajada.
Acto seguido hundió la hoja en el pectoral izquierdo de George, atravesándole el corazón.
Recordaba su vida fugazmente:
Pero entonces...
-¿Quieres vivir?
-¿Co-Como?
-Dime... ¿quieres ser inmortal y vagar por el mundo para siempre?¿Quieres...otra oportunidad?
Dudo y instante y entonces respondió:
Esa especie de materia oscura envolvió por completo su ser y mientras la criatura sobrenatural parecía haber entrado en una especie de trance, sin parar de repetir unas extrañas palabras que desde luego no pertenecían a este mundo.
viernes, 31 de julio de 2009
El paraguas de la simetría

EL PARAGUAS DE
-¿Que desea caballero? anunciaron dos voces al unísono.
El cliente, un hombre mayor, que entró empapado en la tienda para comprar un paraguas, se quedó pasmado y atónito ante lo que presenciaban sus ojos:
El amable, corrijo, los amables dependientes, a primera vista, creyó que podían ser una alucinación. Ambos eran gemelos idénticos, unidos desde la cabeza hasta la cintura, a pesar de ello, parecían personas completamente normales y capaces de llevar un negocio.
-¿Señor, me ha oído?
-Emm, si... Verá, digo… verán necesito un paraguas, mi casa está lejos y esta maldita lluvia me ha pillado por sorpresa.
-¿Vaya has oído Henry?
-Alto y claro Joseph, un verdadero contratiempo.
-¿Sería tan amable de decirnos su nombre caballero?
-Peter, Peter Diamond.
-Excelente señor Diamond, venga por aquí, por favor acompáñenos, mi hermano Joseph es un experto en esta clase de artículos, ¿verdad?
-Ja, ja, ja si he de reconocerlo.
En ese instante una sonrisa de complicidad se cruzó entre los siameses.
-Ustedes dos...
Antes de que pudiera terminar la frase…
-Si señor Diamond, somos hermanos siameses, la verdad es que no es tan horrible llevar a un compañero pegado ¿verdad Henry?.
-En efecto Josh... nunca te sientes solo.
A esta frase le acompañaron unas exageradas carcajadas, que incomodaron al anciano.
El almacén apestaba a humedad y alguna que otra telaraña colgaba del techo, que no se salvaba tampoco de goteras y grietas que denotaban la antigüedad del local.
-Bueno, señores creo que con que me saquen uno sencillito será más que suficiente
-Por favor Peter, déjelo en nuestras manos... Tenemos el más adecuado para usted, espere un momento.
Acto seguido los hermanos desaparecieron entre las sombras de la habitación.
Minutos después, los peculiares hermanos volvieron con una especie de paquete alargado envuelto en papel de periódico.
-Si, creo que este es el más acertado, ¿no crees Henry?
-No podíamos haberlo elegido mejor, ¿qué le parece a usted señor Diamond?
dijo, desenvolviendo el misterioso objeto:
Se trataba de un paraguas, color gris, muy sencillo y corriente, .excepto por el mango, ya que este estaba hecho de marfil y en él había tallados unos extraños grabados, que simbolizaban algo parecido a dos caras simétricas unidas por la nuca.
-Mmm....... bien ese mismo me valdrá, pero... ¿cuánto cuesta?, preguntó Peter apresurado.
-13 euros, respondieron a la vez.
Peter consulto su cartera, estaba vacía.
-Vaya, parece que…
.-No importa, puede llevárselo de todas formas, ya nos lo devolverá…
-Joseph lo ha buscado para usted con mucha ilusión.
-Es cierto, no se preocupe, tome, que aún llegará más tarde a su casa, concluyó, entregándole el paraguas.
-Bueno, no sé que decir, muchas gracias, mañana mismo se lo pagaré señores.
-Si, si, usted tranquilo Diamond.
A continuación lo condujeron hasta la puerta, entonces Peter reparó en algo extraño. Había pasado miles de veces por aquella calle y nunca antes había visto esa tienda, curioso…Quizás solo fuera su imaginación y siempre estuvo allí.
-Adiós, Henry y Joseph, gracias por todo, han sido muy considerados con este pobre vejestorio.
-Hasta la vista señor Diamond, tenga cuidado, la calle a estas horas puede ser peligrosa, dijeron ambos con una sonrisa truculenta, que dibujo sendas muecas aterradoras en sus rostros.
Peter no cesaba de proferir suspiros de frustración, todo estaba encharcado y se había empapado hasta las rodillas a causa de los resbalones, no había servido de mucho el paraguas.Ahora incluso lamentaba haber perdido el tiempo en aquella tienda.
De pronto y para rematar la noche, el temporal arreció de forma violenta y además de la lluvia, un fuerte viento hizo chocar contra los cristales las contraventanas de los siniestros y sombríos edificios.
Diamond no podía seguir avanzando, así que optó por resguardarse en algún lugar para más tarde reanudar la marcha, total, más tarde no podía llegar.
Su mujer habría pensado que estaba haciendo horas extra, probablemente hubiera conciliado el sueño hace horas.
Así pues, con pasos torpes e inseguros se metió bajo el pequeño techo de un portal para refugiarse del monzón.
Poco a poco se fue acostumbrando a la penumbra de la madrugada, a la luz naranja proyectada por las negras farolas, que le observaban con ironía desde el otro lado de la calle, distorsionadas por el agua que caía formando una cortina traslúcida e hipnótica.
Entonces cerró el paraguas y empezó a examinarlo con más atención.
Aquellas caras fusionadas e idénticas parecían haberse transformado, antes eran las de dos jóvenes siameses pero algo había cambiado.
Ahora los rostros estaban viejos y deteriorados. De pronto, fijando más su atención en ese detalle, una expresión de terror y aprensión se apoderaron de su cara.
-¡Es mi propio rostro!
Acto seguido el paraguas comenzó a brillar de manera muy intensa y las caras también, despidiendo una luz fantasmagórica que le cegó por completo.
Después sintió como si su cuerpo fuera a explotar y todo el lado derecho del mismo comenzó a hincharse muy rápidamente, alcanzando unas proporciones grotescas.
Peter presa del pánico, intentaba incorporarse y huir, pero sus esfuerzos eran vanos, ya que no
pódía levantar su propio peso y el barro le hacía resbalar una y otra vez.
De pronto en una de las caídas su cabeza impacto contra el suelo y perdió el conocimiento, yacíendo inerte sobre el frío y duro asfalto...
-¿Qué? ¿Qué demonios ha pasado?
Diamond estaba confuso, era por la mañana y ya no llovía.
Contempló el paraguas a su lado y con un gesto de repugnancia lo lanzó varios metros desde su posición.
Quiso levantarse pero no lo logró, algo se lo impedía, se sentía como fijado al suelo…
.-Ey, Peter tranquilo, ya te ayudo.
Cuando el anciano giró la cabeza para saber de donde provenía esa voz, empezó a proferir gritos de terror.
Un hombre exactamente igual a él estaba pegado a su cuerpo, unido desde el hombro izquierdo hasta la cintura.
Intento correr, escapar y separarse de aquel gemelo maldito, pero todo intento fue en vano.
-Ey, hermano tranquilízate
-¿Hermano? yo no tengo ningún hermano, tu eres... eres un monstruo, un mutante.
-Eh eh…un poco de respeto, vamos a pasar así mucho tiempo, vete acostumbrando.
-Ja, ja, ja, me estoy volviendo loco, dijo, llevándose las dos manos a la cabeza.
-De loco nada Peter, estás perfectamente hermano.
-¡Que no me llames hermano! ¡Calla! déjame pensar...
Claro, esto debe ser cosa del paraguas que me vendieron anoche esos condenados siameses, debo volver enseguida a la tienda.
Agarró el paraguas y corrió como pudo en medio de la carretera aún vacía, casi arrastrando a su nuevo compañero, con el fin de resolver aquella especie de maldición.
Cual fue su sorpresa que cuando llegó donde supuestamente estaba el local no había nada, tan solo una nota escrita en un folio mojado y pegada en un muro de ladrillos:
Querido Peter Diamond:
Ha adquirido usted el paraguas de la simetría, espero que no se sorprenda, cuando lea esto seguro que habrá descubierto a su nuevo hermano, por así llamarlo, felicidades por ello.
Ya verá como pronto congenian, como hice yo con Henry.
En fin, haga usted buen uso del paraguas, puede venirle bien ahora que llega abril, o siempre puede regalarlo a alguien que busque refugiarse de la lluvia... ¿no cree?
Atentamente:
Joseph y Henry
lunes, 29 de junio de 2009
La elegancia del Vampiro

Un agitado hombre de negocios caminaba a paso ligero por una estrecha calle, que atravesaba los suburbios.
El silencio que reinaba en aquel lugar era tan sólo interrumpido por sus torpes y histéricos pasos, que de vez en cuando iban a parar a un charco de agua mezclada con orina.
Portaba un maletín negro que relucía con la luz naranja de las farolas y sus gafas de culo de vaso se empañaban de vez en cuando, entonces, nervioso y frustrado se paraba a limpiarlas encarecidamente.
Mientras frotaba las lentes con fuerza, unos pasos quebraron la quietud que había a sus espaladas. Acto seguido, las gafas cayeron al suelo, con un sonido metálico, muy molesto inició una patética búsqueda, palpando en sucio suelo, cuando una mano le ayudo a incorporarse.
-¿Son estas gafas suyas caballero?
-¿Que? ¿Como? E... si, gracias caballero
El grueso empresario ya de pie, se colocó de nuevo las aparatosas gafas.
-¿Hace frío esta noche no cree señor?
El joven que le había ayudado, ofrecía un aspecto siniestro:
Rondaría el metro 85, su complexión era atlética, los labios eran extrañamente negros y sus ojos negros y profundos, pero desde luego uno de los rasgos que más destacaba era la palidez de su piel.
En un gesto rápido, se quito su chaqueta y se la ofreció al hombre de negocios, que tiritaba.
-Por favor señor, abríguese, esta usted congelado
-Si... gracias
-Oiga, ¿porque no me acompaña a mi casa? está ahí mismo, le prepare un té caliente, ya verá como luego se siente mejor.
-Vera, joven es que tengo un poco de prisa, yo...
-!Pero hombre! si está usted agotado, hágame caso venga conmigo y descanse un poco
-Bueno... Si es solo un rato (Además a sido muy amable conmigo)
-Fabuloso, entonces sígame aquel de allí es mi portal
Caminaron rápido, para escapar del frío de la noche, el huésped inconsciente, su anfitrión dibujaba una disimulada sonrisa de la que sobresalían dos afilados colmillos.
La casa estaba muy limpia y bien decorada aunque los muebles eran muy antiguos, parecían tener siglos. El empresario ahora sentado en una extra vagante silla con motivos orientales, observaba con atención cada detalle de la sala de estar, una estufa de leña calentaba la habitación dándole un aspecto muy acogedor.
-¿Con dos de azúcar verdad?
El joven de mirada penetrante había colocado sobre una mesa de mimbre, la taza de té que aún estaba demasiado caliente para ingerir se.
-Si... ¿Como diantres lo ha adivinado?
-Bueno... Siempre he tenido muy buena intuición
-¿Intuición? mas bien diría que es usted vidente
-Vera... La sangre de las personas, habla de ellas...
-Ja,ja,ja ¿y sabe usted interpretarla?
-Si, digamos que la siento muy de cerca
-Je... ¿A que se refiere?
-Mire, es simple, acerque se
El hombre de negocios se acerco hasta quedar a menos de 2 centímetros del joven, entonces con una voz cálida y dulce susurro:
-Cada gota de sangre que recorre su cuerpo, cada vena, cada arteria que comunica con el
corazón, puedo escucharla sentirla latir bajo la ropa, bajo su piel
-¿Bromea, no?
-No, en serio, mire déjeme su brazo derecho
El empresario un poco confuso, se arremango el brazo derecho y acto seguido lo dejo sobre la pequeña mesa de mimbre
-Vera, cuando era pequeño, me di cuenta de que el agua no calmaba mi sed
-!Vaya! pues que curioso
-Cada vez que me obligaban a beber, vomitaba y me ponía enfermo
-Que situación mas difícil
-Al principio lo fue, si que lo fue
-Pero pronto me di cuenta de que si quería sobrevivir, tendría que buscar alimento por mi propia cuenta, pues nadie podía saciar mi sed y calmar mis entrañas
-Entiendo
-Entonces me di cuenta, cuando un día mi hermana pequeña se corto el dedo, era tan pura, tan joven.
-Perdón eme pero no le sigo...
-La sangre, una vez que la probé no pude parar, al principio era difícil de controlar, pero más tarde supe elegir las mejores
-¿Quiere decir como un vampiro?
-Vaya veo que al final lo a entendido
-Ja, ja, ja esta usted como una cabra, joven
-Vera, como me crié en una buena familia, antes de alimentarme de la sangre de mis víctimas suelo hablar mucho con ellas
-Entonces... ¿Va usted a chuparme toda la sangre del cuerpo?
-Si no se resiste, sufrirá menos...
-Ja, ja, usted no sabe lo que dice caballero, está delirando, creo que no debí acompañarle
Antes de que el hombre de negocios se incorporara, el joven vampiro lo sujeto fuertemente por el brazo.
Una fuerte presión partió el brazo del empresario, que comenzó a proferir angustiosos gritos de dolor, entonces con sumo cuidado y delicadeza el vampiro se acercó hasta llegar a la altura de su yugular. Acto seguido, sus grandes y afilados caninos se clavaron en ellas como dos dolorosas inyecciones. Al cabo de unos minutos el empresario tan solo era un cuerpo pálido e inerte.
-Se lo dije señor, ante todo modales, ¿que clase de vampiro se ha creído que soy?
martes, 9 de junio de 2009
El éxodo

Confuso, aturdido, vestido con apenas dos trapos caminaba sombrío, pisando escombros, el suelo estaba frío, su ritmo era lento.
La ciudades eran ahora grises fantasmas metálicos que hablaban entre el susurro del viento, ya no importaba el tiempo, en aquellos parajes reinaba un silencio muerto.
Entonces el infante alzó la vista, la vegetación cubría grandes mamotretos de cristal y cemento.
El cielo era claro y el sol del invierno iluminaba, en medio de una calle solitaria su aliento.
Tosió y el eco, cínico le recordó su soledad cuando volvió a él en forma de voz enferma, distorsionada, burlándose de su lamento.
Continuó vagando, perseguido por su sombra, testigo del éxodo de su historia, era una sensación extraña, quedó como único testigo de la extinción de su raza, eso lo abrumó.
Durante años sobrevivió y acabó por abandonar el raciocinio, mezclándose con la naturaleza que volvía a abrirse paso entre los rascacielos y el asfalto.
Y en el ocaso de su vida, sus preciosos ojos observaron la última puesta de sol, que contempló un ser humano.
miércoles, 3 de junio de 2009
!Menudos fugitivos! 1 parte
Jaime: !Vale!, ya se que hacer. ( Saca un cigarillo de su bolsillo y después de encenderlo inspira hondo)
Pedro: ¿Que?. (Agitado,nervioso, moviéndose rápido en el sitio)
Jaime: El cadáver. (Como queriendo a dar entender algo)
Pedro:¿Como? (Aturdido)
Jaime:!El cadáver!, Pedro, coño, !el cadáver!, que donde esta. (Chasquea los dedos, en la cara de su amigo)
Pedro: Ah, vale, si esta arriba, tendido en el salón, hay mucha sangre, Jaime...(Histérico)
Jaime:!Chssst!, no hables tan alto, que se va enterar hasta el sordo del ático, !Joder!
Pedro: Lo siento...
Jaime: Da igual, subamos ya, no hay tiempo que perder.
(Los dos cómplices vuelven al interior del edificio, cogen un viejo ascensor y suben al tercer piso.
Ya en el salón de Pedro, ambos rodean el cuerpo sin vida de una mujer de mediana edad que yace en el suelo)
Jaime:!Me caguen la puta Pedro! !Te has pasao mamón!
Pedro: !Calla! no me pongas mas nervioso.
Jaime: Bien, no importa, sera un poco más difícil de lo que pensaba, vale, lo primero pilla unas toallas, luego las quemaremos, tenemos que limpiar esta porquería.
(Ambos limpian la escena del crimen, meticulosa mente y intentando hacer el menor ruido posible)
Pedro: Jaime...
Jaime:¿Que? (molesto)
Pedro: ¿Que vamos a hacer con el cuerpo?
Jaime: Tranquilo, de momento trae me un cuchillo de cortar carne, de esos grandes, ah y también papel celofán, todo el que puedas.
(Levanta el cuerpo sin vida de la mujer y lo deja sobre una mesa, acto seguido lo envuelve en papel celofán)
Pedro: ¿Jaime, que vas a hacer)
Jaime: Por favor girate y no mires.
Pedro: Pero...
Jaime: Coño, que te des la vuelta.
Pedro: Va-vale...
(Jaime, corta el cadáver en cuatro partes: piernas, cintura, torso y cabeza. Se escucha un sonido como de plástico rasgado muy desagradable. Entonces Pedro gira la cabeza)
Pedro: ¡Dios! (Vomita)
Jaime: ¡Joder! Me caguen en la madre que et va parir, !te dije que no miraras!
Ahora tendremos que limpiar también tu mierda, pedazo subnormal.
Pedro: Perdón...
(Después de borrar todo rastro de la presencia del cuerpo inerte en el piso y meter el mismo mutilado en una nevera portátil, los dos amigos bajan apresuradamente las escaleras)
Jaime: Ahora vamos directos al coche, después buscaremos un solar y allí quemaremos el cuerpo y no llores joder, que cantas mucho.
Pedro: Pero y ¿después? (Entre sollozos)
Jaime: Después , fingirás que despareció, puesto que no tiene pruebas no creo que lleguen a condenarte.
Pedro: Pero ¿y si hay juicio? miento muy mal, Jaime...
Jaime: ¡Pedro, coño! se un hombre !me caguen en Dios!
(Mientras se dirigen a un descampado, lejano, casi en la otra punta de la ciudad, casualmente un policía local les pide detenerse en una carretera vacía del extrarradio, etonces el agente baja del coche)
Continuará...
domingo, 31 de mayo de 2009
Tras las luces de neón

existe un mundo paralelo
El humo de este garito
nos une, magico incienso.
El ambiente es denso y
vapores de alcohol flotan
en la penumbra que es un lienzo
De sonrisas, miradas
intensas y lamentos.
Hombres son
cuerpos ebrios, vagabundos
sobre el suelo linóleo
regalando carcajadas exageradas
en breves conversaciones en las
que se vuelven necios.
Mujeres que pasan de ser
atractivas a diosas
besos carmesí en mejillas rosadas.
Encendidas por el vicio
vacio sobre la barra.
Jovenes, viejos, ambos
con su razón para evadirse
del tiempo.
Internándose en la taberna del
placer eterno, que al final muere
con un amanecer despierto.
Atento, para recordar la realidad
la luz frente a la sombra de una
noche más.
Tras las luces de neón existe un mundo
paralelo, el humo nos impregna
se esfuman los recuerdos.
jueves, 28 de mayo de 2009
Querida Angie
Sus padres, católicos acérrimos, le educaron de manera muy adecuada, le enseñaron la maravillosa fe cristiana y a tener siempre una amplia sonrisa, aunque no se sintiera feliz.
Pero había algo que sus progenitores, Roger y Dona, nunca consiguieron comprender.
Angie por supuesto, era un precioso varón, del que su padre se sintió muy orgulloso cuando este vino al mundo, más tarde se llevó una gran decepción.
Angie no era como los demás niños, no le gustaba jugar a fútbol ni tampoco se maravillaba con la gran cantidad de action mans que le regalaban por navidad.
A ella, porque creo que por respeto a Angie debería dirigirme a su persona como mujer, lo que le entusiasmaba, era fabricar vestidos para sus muñecas y saltar a la comba, con las otras chicas.
Roger, cuando veía esto, no podía soportarlo, en su perfecta mente cuadriculada, no entraba que su querido hijo, actuara de esa manera, así que optaron por llevarlo al párroco del barrio.
Desde su infancia hasta que cumplió los 14 años, aquel cura estuvo machacándola con el fin de que aceptara lo que era, un hombre.
Un poco confusa Angie, entró en el instituto, seguía gustándole todo lo relacionado con el mundo femenino, pero quería mucho a su familia y no pretendía defraudarlos, así que fingió ser un adolescente mas, con exceso de testosterona.
Pero esa fachada no duro demasiado, cuando Angie empezó a fijarse en las chicas de su clase, algo volvió a remover su interior, ellas eran perfectas, con sus curvas, su voz, su pelo.
Eso es lo que ella quería, deseaba ser como ellas, una mujer, más allá de lo físico, sentía una gran necesidad de verse en un cuerpo distinto.
Armándose de valor, Angie expuso el tema a sus padres, les comentó que era viable, cambiar su sexo a través de ka cirugía estética. Ellos atónitos, no dejaron ni que acabara de explicarles la situación, entre odio y lágrimas, la echaron de casa, desde entonces Angie no volvió a ser la misma.
Sin embargo no abandonó sus pretensiones y a duras penas, como pudo fue ahorrando dinero, con el fin de hacerse esa operación. Al final a los 23 años de edad, pasó de estar atrapada en el cuerpo de un hombre, a ser una persona nueva, feliz y segura de si misma.
Es curioso, observar como muchas veces la gente, la insultaba por la calle, cuando todavía estaba en el proceso de transición, el odio a lo nuevo, se traducía en gestos agresivos, lanzados desde aquellas mentes rectilíneas incapaces de aceptar la libertad sexual de cada uno.
A Angie sin embargo le daba igual, ahora era libre, porque había roto ese caparazón que la encerraba y se sentía en una nube. Sabía que el camino sería difícil, lleno de prejuicios y puertas cerradas, esperando el momento adecuado para atacarla en todos los sentidos, pero lo conseguiría porque a pesar de la ignorancia de los que la rodeaban y de sus ideas anticuadas e inflexibles, no se rendiría.
Y esto se debe principalmente a una razón, la felicidad no tiene forma ni entiende de cuerpos o sexos y comprendió que para aceptarse a si misma necesitaba mejorarse, para mí sinceramente, siempre fue y será una mujer.
Esta claro que el ser humano es un enigma, pero dado que nuestro grado de ignorancia respecto a nosotros aún es elevado, ninguno tenemos derecho a juzgar a Angie por lo que hizo, porque como ya e dicho antes, la felicidad no tiene fronteras.
sábado, 23 de mayo de 2009
El reloj de oro

jueves, 21 de mayo de 2009
El poeta y la noche
cercana a la ventana de la noche.
Desde allí observa un juego de luces
naranjas y sombras, es el nocturno
paraje de un ciudad llena de normas
semáforos, policías, aparaciencias
es el claxon de la ciudad que nunca cesa.
No se siente ridículo, con las piernas
cruzadas y el ventanal abierto de par en par
no le preocupan las personas del océano
gris de la calle que le pudiesen mirar.
Ve mas alla, mas alla de las estrcuturas de cemento
volando junto con su imaginación, mas alla
de los coches, los gritos, los centros comerciales
, los transeúntes, las realidades del momento.
Se enamora, hipnotizado, de las artificiales y estáticas
luciérnagas, llamadas farolas.
No muy lejos un descampado llama a la inspiración
que emana, podría compararse con una nocturna sabana.
Alejada del centro de la ciudad, alejada del rumor
de los gritos , motores, pensaminetos, móviles,
metros, ascensores, que entre otras cosas conforman
la belleza de la metrópolis en su caótica esplendor.
El poeta ahora exhausto, apaga la luz del dormitorio, contempla
durante unos instantes la noche y desaparece.
Y allí queda ella, esperando en su tranquilidad, orgullosa.
Esperando, al poeta, hasta la cita del día siguiente, como siempre
eterna, oscura, hermosa.
miércoles, 20 de mayo de 2009
Campanar
Mientras caminaba ligeramente encorvado por el peso de la cartera, observé un contraste de lo más increíble, entre lo viejo y lo nuevo, una miscelánea de construcciones que
hacía volar mi imaginación.
Había edificios de diseño, perfectos, con ornamentaciones modernas que les otorgaba una elegancia digna de admiración, pero...
Sinceramente, me emocionaba más ver esas casas antiguas que estaban al otro lado de la avenida, en el barrio obrero.
Allí es donde pasé gran parte de mi infancia, Campanar era como un pequeño pueblo alejado de la ciudad de Valencia, rodeado de solares y alguna que otra fábrica abandonada.
Aquellos hogares sencillos, un poco descuidados, me traían buenos recuerdos, de juegos en la plaza e inocencia de párvulo.
Las callejuelas, después de varios años, seguían igual,ofreciendo ese pavimento, por el que disfrutaba tanto corriendo con mis amigos.
Las fuentes ahora secas, seguían igual de bellas, aunque ahora un poco sucias y surcadas por alguna pintada, comenzaban a relucir con el inminente amanecer.
Todo estaba muy silencioso, casi no pasaban coches, podría haber continuado el trayecto caminando en medio del asfalto sin miedo a ser atropellado.
Ya nacido el Sol y con él un nuevo día, Campanar vuelve a despertar y yo con una leve sonrisa, guardo en mi memoria aquel paisaje tan extraordinario.
domingo, 17 de mayo de 2009
El balcón
A lo lejos en los bloques, donde dormitaba la clase obrera, permanecían encendidas algunas luces.
Una suave brisa nocturna de Mayo traía la pubertat de la primavera en sus aromas dulces.
La intensa luz artificial de la ciudad, no conseguía ocultar las estrellas de la periferia, tan lejanas, a este pequeño planeta, absurdo, un grano de arena.
Reflexiones y ojeras en la madrugada, de un joven escribiendo sentado en una mesa, mirando
por la ventana.
Escuchando el susurro de los extramuros, que recogían vagamente el tránsito nocturno y su intermitente barullo.
Bella, sinuosa otra más, oscura noche hermosa.
Violada por el crimen y el vicio, con un toque de misterio, asombrosa.
Pupilas se dilatan en su presencia, su magia es contagiosa.
Pasos de algún caminante en la soledad de la acera
de las sombras.
Y allí en un balcón un poeta joven, admira y de la noche se enamora.
viernes, 15 de mayo de 2009
Viaje en coche

Las formas de los edificios tintados por la tenue oscuridad del atardecer, eran magníficas, algunas gigantescas y elegantes, otras bajas, decadentes.
Antenas de televisión en azoteas, balcones, bloques de pisos, patios, parques, jóvenes consumiéndose en gramos de mariguana y viejos observando con temor los nuevos tiempos, asustados, cohibidos por el minutero.
Jóvenes bellas, despampanantes, que ocultan en su interior arpías, amores desengaños, difamadores de mentiras.
Obreros, hormigón, asfalto, las líneas de la carretera casi imperceptibles.
Viento, fresco, que transporta, velocidad, es increíble.
Leones y gacelas, armas, carpetas, documentos, oficinas, un vagabundo durmiendo en la puerta, cámaras que espían. Vigilan cada movimiento, las miradas que se cruzan con los otros , por momentos.
Semáforos, peatones corriendo, atravesando la carretera en rojo, gritos, prisa, causando el enojo, el fuerte en una esquina, mina y apoquina al flojo.
Farolas, envidiando la libertad de los árboles, que dibujan en el alma gris de la ciudad esperanzas verdes y frágiles.
Niños, inocentes, adolescentes excéntricos, pantalones anchos, pijos, refinados, coléricos.
Superficie vital que nos mantiene cuerdos, la metrópolis, esa alma libre que no tiene dueño.
Parecía un sueño, pero casi medio dormido, el coche se detiene y he llegado a mi destino.
jueves, 14 de mayo de 2009
Cuando vi el arco iris

Un amor quebrado
y pequeñas grietas. Los balcones, repletos de ropa tendida que se secaba lentamente a la luz de
una luna amarilla y un cielo que era tapiz de constelaciones y estrellas.
Una pareja de enamorados, tiernos, caminaban muy juntos, en la clandestinidad del
extrarradio, mostrándose su amor, de vez en cuando volviendo la cabeza, se sentían vigilados.
Rostros adolescentes se fundían con el calor de sus labios, cada uno de otra raza, en un intenso
estallido de pasión reprimida, en el secreto encarcelado.
Familia, tradición y miedo, los obstáculos de aquella unión que el caprichoso destino les había deparado. Demasiado jóvenes para huir, a una vida dura, pero alejada de ojos críticos y mordaces, recompensada con la libertad que tanto ansiaban.
Ella soñaba, mientras el callaba, quedaba poco tiempo y una decisión muy larga.
Entonces, de pronto, se quebró.
10 figuras, robustas, de cabeza rapada, con el odio irracional a lo diferente en las entrañas y la furia en la mirada.
Viciados por el aire de aquel lugar surgieron de la nada.
Rodearon, agresivos, como una jauría de cuervos, cercaron a sus presas, en desventaja, el
cerraba los puños ella lloraba.
Metales relucían con la luz de las farolas mientras del pecho del joven la sangre manaba, la manada ahora huida en estampida, ella sumida en el trance llorando sobre su cuerpo, lo sacudía.
Llamándolo a gritos, queriendo retroceder el tiempo, no llego al edificio blanco de la última esperanza, allí quedo tumbado en el suelo. Donde a pocos metros también yacía un borracho que pareció correr la misma suerte, unos por el vicio y otros por ser diferentes, final del trayecto la
última parada la muerte.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Mara18

Esta banda llegó al país, después de que deportaran de EEUU a miles de jóvenes pandilleros, que recrearon luego en San Salvador el ambiente de violencia y marginalidad en el que habían vivido en Estados Unidos.
Armas, drogas, robos, asesinatos, en esto consiste la rutina de los jóvenes pertenecientes a esta organizan.
Su profunda rivalidad contra la otra banda de San Salvador, les obliga incluso a tener cárceles separadas. Además desde dentro de la prisión que es donde están la mayoría de los jefes de Mara18, aprovechan y enseñan a los nuevos que entran, como moverse mejor en las calles y aprender a respetar las normas de la banda.
Su iniciación, es simple, si quieres entrar antes debes dejar que cuatro miembros de la pandilla te den una paliza durante unos 30 segundos, si no te defiendes, ni suplicas, pasas a ser miembro.
Lo más curioso, es que en este tipo de bandas, los jóvenes que las componen, se consideran como hermanos entre ellos, se cubren las espaldas.
Algo también necesario en esta pandilla, es ir tatuado con el 18, que puede representarse de muchas maneras, entre otras:
666=6+6+6=18, XVII, etc
Esta guerra entre bandas es algo que continúa vigente y se da día a día en cientos de barrios de Sud América, aumentando así el índice de criminalidad a porcentajes muy altos, cobrándose de la vida de cientos de personas.
Y como se que hace tiempo que no lo hago ahí va una pregunta filosófica:
¿Crees que está bien que la Mara18 y la MS tengan cárceles separadas, dándoles así la oportunidad de crear un punto de reunión para enseñar a los jóvenes criminales y así seguir creciendo?
El último trago

lunes, 11 de mayo de 2009
El sonámbulo
las farolas contagiaban un naranja tóxico
que engendraba la sombra del peregrino
de ambulante y soñoliento.
La noche lo cubría con su manto de misterio, la oscuridad
lo atrapaba en las fauces negras de un parque solitario
gobernado por el más estéril silencio
Solo sus pisadas quebraban el equilibrio de un mal ahora despierto
que se acerca acechando, vil espectro hambriento.
Pobre transeúnte gafado por un despertar en sueño, creía caminar en un vergel
pisando el mismo infierno.
Y el tiempo angustiado quiere salir del minutero.
Y el tiempo asustado no quiere verlo.
Hasta la propia oscuridad esta atemorizada ante el momento, la fiera se abalanza,
retorna el silencio.
Caminó, sin ser dueño de sus movimientos, en cada paso lento, hasta su último aliento.
viernes, 8 de mayo de 2009
Ironías de la vida

Esta queridos interna utas, es la definición oficial de la RAE de "Greguería", he querido dedicar una entrada a estas pequeñas reflexiones, que además son de uno mismo, ya que muestra nuestra visión ante ciertos aspectos de la vida.
En mi opinión son una manera divertida y entretenida de filosofar.
He aquí pues algunas greguerías de mi propia cosecha:
-Las nubes son los corales del cielo.
-La pizarra es una llanura verde surcada por ríos blancos de sabiduría.
-Un espejo es el psicólogo que escucha nuestros defectos.
-La contradicción de la goma es borrar, borrándose a si misma.
-La luna es el faro de los sueños.
-Un folio en blanco es un territorio baldío, aún sin explotar.
-La diversión de la piedra es hacernos tropezar y caer, para aprender a levantarnos.
jueves, 7 de mayo de 2009
BEN X
