martes, 14 de abril de 2009

Zemork y el filósofo

Haciendo caso a la sugerencia que me propuso Joe Álamo he decido hacer un relato basándome en una pregunta que formule hace poco en una entrada:

¿podría haber en la otra punta de la galaxia otro filósofo extraterrestre haciéndose la misma pregunta?.
Y bueno este es el resultado, es tan sólo un fragmento osea que puede que no se le encuentre un significado muy relacionado con la pregunta:

Capítulo 1: KEA

Zemork permanecía pensativo, mientras se reclinaba en la rocosa colina, estaba caliente y podía sentir una ola de calor recorrer todo su cuerpo. Los ojos pequeños y alargados contemplaban la triple puesta de sol en la lejanía, era un paisaje digno de admiración:
Para empezar una jungla frondosa tintada de azul y morado se extendía hasta el horizonte, allí tres inmensos soles, de colores, rojo verde y azul se escondían casi simétricamente para dar paso a la noche, era increíble, el cielo adquiría una miscelánea de colores que hubiera sido dañina para los ojos del ser humano. La temperatura era cálida, aunque una suave brisa crepuscular refrescaba el ambiente, así solían ser las estaciones en Kea, con abundantes precipitaciones y temperaturas suaves. Es curioso porque allí no había verano ni invierno, simplemente el clima era constante, algo parecido al tropical en la tierra, eso explicaba la abundante vegetación y los innumerables ríos que atravesaban el planeta.
Pero aquel lugar paradisiaco era solo una mitad de Kea, la otra estaba ocupada por una inmensa ciudad industrial.
Casi se me olvida decir que este mundo era mucho más grande que la tierra, por lo menos la superaba en tamaño unas 20 veces, así el globo se dividía en dos partes:
Como ya he dicho estaba el gigantesco hemisferio de la civilización tecnológica llamado KE-500X, no era un lugar muy apacible debido a la falta de naturaleza, el aire estaba viciado y allí los Keanianos siempre estaban de mal humor.
Por otra parte estaba la porción salvaje de Kea llamada Samnu, donde la tecnología era escasa aunque sus habitantes dependieran en cierto modo de ella, no había a penas contaminación, tan sólo la que llegaba de KE-500X.
Los Keanianos que vivían en Samnu eran totalmente opuestos a sus vecinos, se trataba de gente amable y generosa, muy pacífica que vivía de la caza, pesca y recolección de frutas. Se agrupaban en pequeños poblados esparcidos a lo largo de todo el planeta, menos en el gran polo. Allí no había rastro de civilización ni naturaleza, ya que era una masa de hielo y roca compactos donde las bajas temperaturas hacían difícil la posibilidad de que hubiera vida.
Después de esta breve descripción sobre Kea, volvamos a Zemork y su gran duda existencial que ahora se fundía con la noche recién nacida.
De pronto una oscura y gruesa mano dio unas palmaditas en el hombro del muchacho.
-¿Te has dado cuenta de lo bello que es el cielo esta noche, hijo?
-Si… Respondió con desgana.
Demlan, dibujo en su rostro un gesto de preocupación.
-Hijo… ¿Qué te pasa? Llevas 3 días sentado aquí pensando.
-Es que… ¿Nunca te has preguntado si hay vida fuera de aquí?
-Ja, ja. Pues claro hijo, mira ves esa selva, mas allá de su horizonte viven otros como nosotros, pero en grandes construcciones de metal y cemento.
-No… Me refiero fuera de aquí, en otro planeta, donde pudiera haber gente parecida a nosotros, sería increíble…
El padre arrugó la frente, como intentando comprender los disparates que soltaba su hijo.
-Bueno, Zemork eso son fantasías.
-No tú quieres que lo sean por que no las entiendes.

-Esos pensamientos son propios de la gente de la ciudad, tú eres un Keaniano de la naturaleza, olvida esos sueños de vida en otros mundos y acompáñame a casa que ya es hora de cenar.
El chico un poco enfadado con su padre obedeció.
Ambas figuras padre e hijo se perdieron en las sombras de la noche, un mar de estrellas cubría el inmenso cielo del planeta, era casi como estar en el espacio.

La ciudad

La ciudad esta viva
siempre en movimiento
crece poco a poco y a la vez
se va perdiendo
El pavimento, es un río de plata
hecho de piedra y de cemento
sus grietas son hiedras que se
extienden a lo lejos.
En esta metrópolis donde
ya nacemos viejos
se esconden los alientos tras
puertas de acero las calles vacías
hoy nos sufren en silencio
sonrisas o lamentos
nos dan los buenos días
temas triviales llenan las cafeterías
ancianos en los parques terminan sus días
contemplando la ciudad que les vio nacer
entre sus avenidas

viernes, 10 de abril de 2009

Una pequeña reflexión

Hola, bueno hoy voy hablar de un tema que muchos no tardarán en tachar de fantasía o bulo. Sin embargo creo que se puede realizar una profunda reflexión acerca de él.
Y bueno podría describirlo con una sola pregunta :
¿Crees en la vida inteligente en otros planetas?
Esta claro, que en Marte por ejemplo, gracias a los últimos descubrimientos científicos, pudo haber sido un planeta que albergara vida, pero mi pregunta va más allá. Lo que yo os propongo, es una de mis grandes dudas existenciales, ¿podría haber en la otra punta de la galaxia otro filósofo extraterrestre haciéndose la misma pregunta?.

En fin espero vuestras opiniones.
" La verdad está ahí fuera" Expediente X