domingo, 23 de agosto de 2009

Al borde

(Bueno esto es un trozo de una canción que escribí hace tiempo espero que os guste, por cierto es rap XD)


El fuego de esta pluma no se apaga
siempre cuido el compás encajando cada palabra
cada rima es una historia en la memoria de este profeta
poeta con ritmo desde el papel hasta la acera
Cuidate de las bestias que acechan tras cada puerta
en la penumbra nocturna que en la nuca causa histeria
controla bien el pulso tenso en el tempo perfecto
el tiempo que me queda lo petare de versos
Pues a veces la condena es perderse entre lamentos
hoy mis mares de tinta maldita estan revueltos
Doy vueltas en un circo de política y de medios
que controlan ciudadanos cual rebaño de borregos
Pero pienso y no me dejo arrastrar tan fácilmente
soy la roca que resiste a la erosión de la corriente
Un demente sobre líneas grandes como catedrales
ni siquiera terromotos derribaran mis pilares
Los barrios desangran hambre de justicia
ganas de revolución por una sociedad distinta

martes, 4 de agosto de 2009

Muere un miserable (Capítulo 1)

Las descalichadas botas, provocaban un gran estruendo en el suelo con cada vertiginoso paso que impactaba contra los charcos de la calzada.
Su rostro era blanquecino y escuálido, una alborotada mata de pelo se pegaba a causa de la lluvia contra su cara, entorpeciendo la huida.
No era muy alto, pero si extremadamente delgado, sus ojos azules transmitían un pánico muy intenso.
La tormenta arreciaba y no conseguía ver con claridad, tan solo podía correr mientras las voces de sus asesinos se acercaban cada vez más.

-!Ven aquí andrajoso! !voy hacerte picadillo! Gritaba uno frenético, ansioso de matar.
-De nada te servirá correr... Dijo el otro, en un tono bromista y a la vez aterrador.

Sus desmesuradas carcajadas no hacían mas que aterrorizarlo y minar las escasas energías que aún albergaba en su cuerpo ajado y deteriorado.
Llevaba así ya 10 minutos, desde que aquellos hombres aparecieron en mitad de la noche y mataron a sangre fría a uno de sus compañeros indigentes.
Donde compartía algo parecido a un pequeño poblado de chabolas en la antigua estación abandonada de "Péndulo".
De pronto aquellos salvajes habían irrumpido su descanso, para saciar su sed de violencia a costa de sus vidas.
Él mismo había presenciado la matanza ante sus propios ojos, presa del terror, mientras aquellos degenerados lo destrozaban a golpes y proferían crueles risotadas e insultos provocados probable mente por narcóticos.

Afortunadamente pudo cogerles un poco de ventaja antes de que advirtieran su presencia.
Ahora la adrenalina bombeaba con fuerza sus oxidados músculos, aunque eso no evitara que sus jóvenes y atléticos verdugos se aproximaran rápidamente.

Ambos iban completa mente rapados y vestidos con una especie de trajes de neopreno muy ajustados que resaltaban sus definidos músculos.
Calzaban unas botas negras donde había inscrito un símbolo muy extraño de color rojo, parecido a pegaso, el caballo de la mitología Griega.
Pero sin duda lo que más destacaba en ellos eran unas máscaras anti-gas que otorgaban una tenebrosa tonalidad a sus voces.

Una extraña y blanquecina niebla cubría todo el distrito 4 donde el silencio fue quebrado por la estrepitosa persecución que pronto llegaría a su fin.
Algún temeroso vecino asomó la nariz por la ventana sorprendido por el ruido pero rápidamente volvía a esconderse en la frágil seguridad de su hogar en los suburbios.

-Bien, ¿a donde vas a ir ahora? ¿e? dime ¿adonde?
-Estas perdido, deja de correr, estúpido...
-Hay que exterminar a todos los inferiores...
- Hazle sufrir...

George, estaba atrapado. Había llegado al típico callejón sin salida y su situación era como la de un zorro rodeado por dos agresivos y enormes perros de presa.

-¿Po? ?Porque?...
-¿Porque? porque eres débil, porque para que... !nosotros! los olimpos seamos la raza dominante, la escoria como tú debe ser exterminada
-Por favor, piedad...
-¿Piedad?
-!Mátalo ya! Krem
El primer puñetazo fue como una extraña sensación de calor en su mejilla, a este le siguieron una serie de tremendos golpes que le dejaron casi sin sentido.
Después el tal Krem sacó un cuchillo del ajustado pantalón pitillo y dijo:
-! En nombre de los Olimpos!
-!Y de la superioridad! Añadió el otro con una carcajada.
Acto seguido hundió la hoja en el pectoral izquierdo de George, atravesándole el corazón.
Durante un segundo su vista se nublo y todo quedó en silencio, segundos después cayó al suelo moribundo entre delirios.
En una esquina de aquella angosta callejuela, gimiendo en sus últimos y agonizantes minutos de vida.
-!Vámonos Krem! antes de que lleguen los reformadores, creo que antes nos han visto perseguirle
-Si... vámonos, este ya esta prácticamente en el otro barrio

Dicho esto se alejaron rápidamente de allí dejando al pobre vagabundo abandonado en una esquina de aquella angosta callejuela, gimiendo en sus últimos y agonizantes minutos de vida.
Mientras su sangre corría, por las junturas del pavimento, la respiración cada vez era más lenta y a medida que crecía el caudal de aquel río sentía como sus sentidos le abandonaban poco a poco.
Recordaba su vida fugazmente:
pobre, llena de miseria, palizas, droga, soledad... Arrebatada aquella noche por dos bestias callejeras, en ese distrito alejado del centro de la ciudad, en una fría noche de invierno del año 2040.
La verdad es que no esperaba morir mucho mejor, pero al menos hacerlo tranquilo y no de esa forma, tan... tan... débil e indefensa, tan cobarde... huyendo de lo inevitable...

Pero entonces...
Cuando creyó abandonar su cuerpo para sumergirse en las profundidades de la muerte, cuando estaba a punto de ser pasto de gusanos y ratas...
Una sombra surgida de entre las tinieblas se abrazó a él, y con una voz profunda, que parecía llegar desde el fondo del mismo infierno, preguntó:
-¿Quieres vivir?
-¿Co-Como?
-Dime... ¿quieres ser inmortal y vagar por el mundo para siempre?¿Quieres...otra oportunidad?
-¿Qui-quien eres?
-Alguien que puede salvarte, pero tendrás que pagar un precio...
Dudo y instante y entonces respondió:
-No quiero morir, ayúdame me da igual, quiero... quiero... vivir, haré lo que sea
-Así sea... Respondió con una sonrisa diabólica.
A continuación, noto como las manos de aquel espectro se posaban sobre sus sienes y de repente
empezaron a desprender un resplandor negro que se introdujo por los ojos de George, invadiendo toda su anatomía, impregnándola de aquella tenebrosa esencia.
Esa especie de materia oscura envolvió por completo su ser y mientras la criatura sobrenatural parecía haber entrado en una especie de trance, sin parar de repetir unas extrañas palabras que desde luego no pertenecían a este mundo.
Después cuando se disiparon aquellas tinieblas, pasó algo sobrenatural, algo indescriptible, un milagro nacido de la más profunda oscuridad...