miércoles, 18 de febrero de 2009

¿Tienes miedo a la oscuridad?


-Bien cariño, nos vemos, te quiero mucho… vuelve pronto.
-Yo también te quiero, cuídate nena.
Laura avanzaba a paso ligero, llevaba todo el día con la mosca detrás de la oreja, a parte el jefe la había puteado, porque no había accedido salir a cenar con él.
Además, su novio estaba de viaje en Francia. Ella estaba muy preocupada por él, no soportaba la soledad mucho tiempo. Por eso siempre había adoptado un carácter simpático y enérgico ante las personas, esto se debe a que sus padres biológicos la abandonaron de pequeña y desde entonces, raro es el momento en que no se la hubiese visto rodeada de seres queridos a su alrededor siempre admirándola y protegiéndola.
Pero hoy no… hoy no era un día cualquiera, estaba sola… Caminaba nerviosa por las calles hasta que llegó al portal de su casa, “carrer PIOXII” decía una inscripción situada en lo alto de una de las columnas que sostenía el edificio. No era un barrio muy problemático, además Laura se llevaba muy bien con los vecinos, en una ocasión incluso la habían propuesto para ser la presidenta de la comunidad.
Las escaleras estaban resbaladizas, así que optó por coger el viejo ascensor, no le gustaban los ascensores, para ella eran como tumbas que en cualquier momento podrían detenerse. Un claro caso de claustrofobia ¿no? Quién lo diría ¿verdad? ¿A que clase de persona adulta le da miedo subir en ascensor en vez de subir 17 pisos andando y pasear a las 6 de la tarde por la calle sola? Solía hacerse estas preguntas con frecuencia, y nunca llegaba a comprender porque estos hechos tan cotidianos la paralizaban de miedo.

Una voz femenina e informatizada que decía: “piso 13” despertó a Laura de su ensoñación, el ascensor había parado, sin embargo no en su piso, sino en el 13.
Muy extrañada volvió a pulsar el botón del piso 17, pero ante su sorpresa las puertas no se cerraron, en ese preciso instante una gota de sudor cayó recorriendo toda su sien derecha, el silencio de aquella tensión fue roto por un chispazo. Acto seguido la luz se fue en todo el edificio, el rellano del piso 13 se quedo totalmente a oscuras.
No sabía como reaccionar, simplemente se había limitado a quedarse quieta en el centro del ascensor, casi sin respirar, apretando los párpados con mucha fuerza.
Temblando como una hoja, intentó encontrar las escaleras a tientas, su intento fue en vano, que mala suerte, aquel piso carecía de ventanas y no podía ver absolutamente nada. El terror y la histeria comenzaban a recorrer su cuerpo como electricidad, entonces… Una voz que no sabía porque razón le resultaba familiar dijo:
-¿Es que tienes miedo a la oscuridad?

Bueno esto es un pequeño texto que me apetecía poner en el blog, son como mini-historias que iré subiendo cada semana , forma parte de un proyecto al que voy a llamar "situaciones"

La finalidad de este texto es una pregunta muy simple:
¿Porque cuando somos críos o incluso alguna vez adultos nos da miedo la oscuridad?


BUENO, ESPERO VUESTRAS REFLEXIONES Y CRÍTICAS XD

3 comentarios:

  1. ola he de decir k a mi me da "miedo" las oscuridad pero k si m kedo a oscuras no m pongo komo la xica esta si no k prefiero la luz envez de la oscuridad.Si no que me da mal rollo no tengo panico a las oscuridad sino que prefiero no tenerla.

    me parece un buen proyecto eso de las situaciones pienso que podria ayudar a muxa gente.

    un saludo

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  2. Buen relato, inquietante y con un esplédido final. Nos da miedo la oscuridad porque es un miedo primigenio, en ella se oculta el depredador, la muerte. Cuando crecemos se supone que somos capaces de dominar ese miedo, pero no siempre lo conseguimos.

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  3. Coincido con Álamo... y bonito título el del blog.

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