Los murmullos del cobarde
o del valiente oprimido
son cartuchos fallidos
palabras naufragadas en el aire
Sin divisar a la vista oídos
en los que amarrar sentidos
sentimientos sentenciados
como África y el hambre
Semillas en desiertos yermos
parásitos en vergeles
voluntades sometidas
bajo rectángulos verdes
bajo hierro incandescente
bajo ignorancia medieval
bajo pantallas coloridas de mentiras
cual coral
Sin cesar de mermar
la imaginación del homo sapiens
entretenimiento para el mono
y peligro para el hombre
Así en el nombre
de los pobres en espíritu
se esconden
miedos y celos
odio en forma de vil hecatombe
Y entre tantos anunciantes
meros manipuladores de poesía
se tejen disfraces de fondo
porque la forma es cueva vacía
Ruines retoques
en princesas antaño porcelana
ahora maduras manzanas
suplicando al espejo menos canas
Blanquecinas lianas
que convergen en arrugas
castigadas por el tiempo
y la pasión y sus locuras
Estaño que no hierro
es la coraza del sistema
sonrisa de hiena
con modales de ladrón de guante blanco
El cual roba a las familias
y protege a los villanos
mientras la angustia de la prole
sueña poseer alas de pájaro
jueves, 27 de mayo de 2010
sábado, 1 de mayo de 2010
La cajera (capítulo 1)
Cansancio...
Esa demoledora sensación que castiga con maliciosa saña cada centímetro del cuerpo
era la forma mas suave de resumir aquel largo y monótono día.
El reloj marcaba las ocho y media de la tarde.
Justo ese punto donde el trabajo se convertía en una especie de sprint para
un corredor extenuado que siente angustiado la falta de oxígeno en sus pulmones.
En el supermercado reinaba un silencio sepulcral tan solo un leve zumbido procedente de las neveras donde se guardaban los congelados alteraba impertinentemente aquella quietud.
Hoy era Lunes y como de costumbre le tocaba cerrar a ella.
El vigilante tenía cita con el médico y tuvo que salir 20 minutos antes,
así que se había quedado sola.
De todas formas tampoco tenía demasiada importancia prefería la soledad.
Además, Víctor, a su parecer debía ser un poco limitado, ya que mantener una conversación normal con él era imposible, sin que soltara algún taco, o se te quedara mirando con una bobalicona expresión mezcla de estupidez y frustración.
A pesar de ello hacía bien su trabajo, nadie se atrevía a robar nunca, aunque bueno... es posible que el echo de que pesara 100 kilos y midiera casi 2 metros le ayudara a intimidar a cualquier ladronzuelo o vagabundo que quisiera agenciarse algo utilizando el descuento de los cinco dedos.
Ella era preciosa, por supuesto, siempre lo había sido: larga melena morena, cuerpo de atleta, y una sonrisa que podría alegrar a cualquier desgraciado en su melancolía. Pero inevitablemente, los años cargados de decepciones, malos tragos y desesperanza habían echo mella en su dulce rostro.
A pesar de ello, la gente nunca se lo creía cuando confesaba que tenía 42 años y
había dado luz a dos niños.
Demasiado tiempo trabajando en aquel pequeño supermercado situado a las afueras de la ciudad, donde pagaban una miseria y debía coger siempre el coche para llegar siempre allí, pues estaba muy alejado de su bloque. No obstante, al lado había varias urbanizaciones de lujo, donde las amas de casa que no trabajaban solían ser la clientela más frecuente.
Además en aquellos tiempos de crisis era un milagro encontrar un empleo con su edad y menos siendo mujer.
De nuevo levanto la vista hacia el reloj, las 9 menos 10, entonces dijo:
-Bueno por hoy ya esta bien Espe... Vamos a cerrar y a casita...
Entonces hizo recuento del dinero que había en la caja se levantó del incómodo asiento y se puso su chaqueta de color beys que tan bien le sentaba tal que parecía una adolescente con ella puesta.
Después, lo típico: fue a cerrar el almacén con llave, apago las luces, salió a la calle por la salida de emergencia y finalmente bajo la persiana metálica con el mando a distancia, que el torpón de Víctor había roto confundiéndolo con una cucaracha y que ella misma tuvo que arreglar con celo.
Acto seguido se dirigió hacia el parking donde estaba aquel ford ka al que siempre había tenido tanto cariño.
Había pasado muy buenos momentos en él, aunque últimamente estaba un poco deteriorado, entonces se vio reflejada en la ventanilla del conductor y acariciándola levemente dijo en voz baja con una sonrisa:
-El tiempo nos pasa factura, eh, pequeño...
Entonces, justo cuando iba a introducir la llave en la cerradura escuchó un fuerte estruendo que parecía venir del techado metálico bajo el cual se encontraban los carritos de la compra.
Un poco sobresaltada se dirigió hacia el lugar y vió todos los carritos puesto boca abajo formando un círculo perfecto y en el centro había sentado un vagabundo: estaba muy sucio, y la ropa era algo menos que 4 trapos surcados por descosidos y rotos.
El hombre, tenía la cabeza resguardada entre las rodillas y se mecía hacia delante y detrás repitiendo una y otra vez:
-Dejame, dejame, dejame... no... fuera... no me hagáis daño...
Estaba muy alterado y su respiración se volvía cada vez más agitada e irregular.
Esperanza, sumida en una mezcla de miedo, confusión y lástima se acercó poco a poco hasta situarse a menos de un metro del círculo y dijo:
-Perdone... ¿Está usted bien?
No obtuvo respuesta, seguía atrapado en su trance y parecía que nada de lo que sucedía a su alrededor pudiera afectarle.
Entonces, ella decidió apartar uno de los carros para entrar en el círculo y poder
contemplarle más de cerca. Pero cuando fue a tocarlo una desagradable descarga eléctrica le hizo retroceder varios metros.
De pronto el hombre dejó de moverse y enmudeció. Acto seguido un anciano pero inocente y cándido rostro emergió de entre sus piernas y dijo tartamudeando:
-¿Si- siguen ahí?
Atónita no supo muy bien que responder, no sabía que demonios podía haber ocasionado aquella descarga si no había ninguna batería ni nada por el estilo conectada a los carritos.
-¿Quienes?
-Los.. los malos...
-¿Quienes son los malos?
Entonces una terrible expresión de niño asustado se apoderó de su cara y empezó a llorar desconsoladamente.
Ella era madre y había vivido esa situación cientos de veces, aquel pobre hombre debía sufrir alzeiner y percibía la realidad de un modo muy distorsionado.
Parecía inofensivo, pero áun así no sabía muy bien si fiarse de él.
Entonces intentó mover el carro de nuevo, esta vez no pasó nada.
Movida por su infinita bondad se aproximó hasta el vagabundo, y sentándose a su lado dijo:
-No te preocupes... ya no están se han ido, no volverán ¿de acuerdo?
Aquellas palabras le tranquilizaron y un poco consolado se abrazó a ella temblando y con los ojos húmedos.
-Va-vale, gracias mama...
Sorprendida por aquel acto y por el pestilente olor que desprendía, aceptó la señal de afecto y con la mano derecha acarició suavemente su huesuda espalda.
Iluminados por la tenue y naranja luz de una farola se mantuvieron en ese estado hasta que el vagabundo se quedó totalmente dormido.
Entonces pensó:
-Madre mía, Espe es que te metes en unos embolaos...
Acto seguido con delicadeza acomodó al anciano en el suelo bajo el techo de los carritos a los que todavía miraba con temor.
Después sacó una vieja manta que guardaba en el maletero, un trozo de tela del que hacía tiempo quería desprenderse... Y con el mismo le arropó, ya que aquella noche hacía frío y no era la primera vez que aparecía un vagabundo muerto en el extrarradio por congelación.
Así un poco más calmada volvió al coche y una vez dentro se encendió un pitillo. Rebuscó en la guantera una vieja cinta de Evangelis y al ritmo de la canción
love theme, arrancó y puso rumbo hacia su casa en la otra punta de la ciudad.
Esa demoledora sensación que castiga con maliciosa saña cada centímetro del cuerpo
era la forma mas suave de resumir aquel largo y monótono día.
El reloj marcaba las ocho y media de la tarde.
Justo ese punto donde el trabajo se convertía en una especie de sprint para
un corredor extenuado que siente angustiado la falta de oxígeno en sus pulmones.
En el supermercado reinaba un silencio sepulcral tan solo un leve zumbido procedente de las neveras donde se guardaban los congelados alteraba impertinentemente aquella quietud.
Hoy era Lunes y como de costumbre le tocaba cerrar a ella.
El vigilante tenía cita con el médico y tuvo que salir 20 minutos antes,
así que se había quedado sola.
De todas formas tampoco tenía demasiada importancia prefería la soledad.
Además, Víctor, a su parecer debía ser un poco limitado, ya que mantener una conversación normal con él era imposible, sin que soltara algún taco, o se te quedara mirando con una bobalicona expresión mezcla de estupidez y frustración.
A pesar de ello hacía bien su trabajo, nadie se atrevía a robar nunca, aunque bueno... es posible que el echo de que pesara 100 kilos y midiera casi 2 metros le ayudara a intimidar a cualquier ladronzuelo o vagabundo que quisiera agenciarse algo utilizando el descuento de los cinco dedos.
Ella era preciosa, por supuesto, siempre lo había sido: larga melena morena, cuerpo de atleta, y una sonrisa que podría alegrar a cualquier desgraciado en su melancolía. Pero inevitablemente, los años cargados de decepciones, malos tragos y desesperanza habían echo mella en su dulce rostro.
A pesar de ello, la gente nunca se lo creía cuando confesaba que tenía 42 años y
había dado luz a dos niños.
Demasiado tiempo trabajando en aquel pequeño supermercado situado a las afueras de la ciudad, donde pagaban una miseria y debía coger siempre el coche para llegar siempre allí, pues estaba muy alejado de su bloque. No obstante, al lado había varias urbanizaciones de lujo, donde las amas de casa que no trabajaban solían ser la clientela más frecuente.
Además en aquellos tiempos de crisis era un milagro encontrar un empleo con su edad y menos siendo mujer.
De nuevo levanto la vista hacia el reloj, las 9 menos 10, entonces dijo:
-Bueno por hoy ya esta bien Espe... Vamos a cerrar y a casita...
Entonces hizo recuento del dinero que había en la caja se levantó del incómodo asiento y se puso su chaqueta de color beys que tan bien le sentaba tal que parecía una adolescente con ella puesta.
Después, lo típico: fue a cerrar el almacén con llave, apago las luces, salió a la calle por la salida de emergencia y finalmente bajo la persiana metálica con el mando a distancia, que el torpón de Víctor había roto confundiéndolo con una cucaracha y que ella misma tuvo que arreglar con celo.
Acto seguido se dirigió hacia el parking donde estaba aquel ford ka al que siempre había tenido tanto cariño.
Había pasado muy buenos momentos en él, aunque últimamente estaba un poco deteriorado, entonces se vio reflejada en la ventanilla del conductor y acariciándola levemente dijo en voz baja con una sonrisa:
-El tiempo nos pasa factura, eh, pequeño...
Entonces, justo cuando iba a introducir la llave en la cerradura escuchó un fuerte estruendo que parecía venir del techado metálico bajo el cual se encontraban los carritos de la compra.
Un poco sobresaltada se dirigió hacia el lugar y vió todos los carritos puesto boca abajo formando un círculo perfecto y en el centro había sentado un vagabundo: estaba muy sucio, y la ropa era algo menos que 4 trapos surcados por descosidos y rotos.
El hombre, tenía la cabeza resguardada entre las rodillas y se mecía hacia delante y detrás repitiendo una y otra vez:
-Dejame, dejame, dejame... no... fuera... no me hagáis daño...
Estaba muy alterado y su respiración se volvía cada vez más agitada e irregular.
Esperanza, sumida en una mezcla de miedo, confusión y lástima se acercó poco a poco hasta situarse a menos de un metro del círculo y dijo:
-Perdone... ¿Está usted bien?
No obtuvo respuesta, seguía atrapado en su trance y parecía que nada de lo que sucedía a su alrededor pudiera afectarle.
Entonces, ella decidió apartar uno de los carros para entrar en el círculo y poder
contemplarle más de cerca. Pero cuando fue a tocarlo una desagradable descarga eléctrica le hizo retroceder varios metros.
De pronto el hombre dejó de moverse y enmudeció. Acto seguido un anciano pero inocente y cándido rostro emergió de entre sus piernas y dijo tartamudeando:
-¿Si- siguen ahí?
Atónita no supo muy bien que responder, no sabía que demonios podía haber ocasionado aquella descarga si no había ninguna batería ni nada por el estilo conectada a los carritos.
-¿Quienes?
-Los.. los malos...
-¿Quienes son los malos?
Entonces una terrible expresión de niño asustado se apoderó de su cara y empezó a llorar desconsoladamente.
Ella era madre y había vivido esa situación cientos de veces, aquel pobre hombre debía sufrir alzeiner y percibía la realidad de un modo muy distorsionado.
Parecía inofensivo, pero áun así no sabía muy bien si fiarse de él.
Entonces intentó mover el carro de nuevo, esta vez no pasó nada.
Movida por su infinita bondad se aproximó hasta el vagabundo, y sentándose a su lado dijo:
-No te preocupes... ya no están se han ido, no volverán ¿de acuerdo?
Aquellas palabras le tranquilizaron y un poco consolado se abrazó a ella temblando y con los ojos húmedos.
-Va-vale, gracias mama...
Sorprendida por aquel acto y por el pestilente olor que desprendía, aceptó la señal de afecto y con la mano derecha acarició suavemente su huesuda espalda.
Iluminados por la tenue y naranja luz de una farola se mantuvieron en ese estado hasta que el vagabundo se quedó totalmente dormido.
Entonces pensó:
-Madre mía, Espe es que te metes en unos embolaos...
Acto seguido con delicadeza acomodó al anciano en el suelo bajo el techo de los carritos a los que todavía miraba con temor.
Después sacó una vieja manta que guardaba en el maletero, un trozo de tela del que hacía tiempo quería desprenderse... Y con el mismo le arropó, ya que aquella noche hacía frío y no era la primera vez que aparecía un vagabundo muerto en el extrarradio por congelación.
Así un poco más calmada volvió al coche y una vez dentro se encendió un pitillo. Rebuscó en la guantera una vieja cinta de Evangelis y al ritmo de la canción
love theme, arrancó y puso rumbo hacia su casa en la otra punta de la ciudad.
miércoles, 3 de marzo de 2010
La ciudad nunca duerme
A luz del alba que empieza a despertar los bloques
El obrero que madruga llena sus pulmones con el aire viciado de los coches
Mientras la brisa acaricia las sábanas en los balcones
Como banderas sin patria, como fantasmas deformes...
Y cientos de corazones laten tras el cemento
Y cientos de párpados todavía están sellados por el sueño
Los aviones brillan con el sol intenso resplandor metálico
vuelan bajo hasta posarse más allá del extrarradio
Una doncella adolescente envejecida camina cobijada en
el calor de un cigarro
Al son metálico de las gruas unido al trino de los pájaros
Rayos de luz se deslizan sobre el asfalto como ríos dorados
Bellaza urbana de los barrios
en los que yo crecí
Hogar de miserias y alegrías
que en su periferia yo vi
El placer maldito consumio a los que se perdieron aquí
La aguja fría como un témpano que calienta las venas del hombre ruin
Yo profundizo en las entrañas
de los solares y los parques
cultivo sueños y esperanzas
y arrojo desde el ático mis temores
Pero a veces vuelven
como aviones de papel
portadores del dolor que estremece bajo la piel
Yo escribo por placer
pero tambien con picardía
para engañar con disimulo
a la puta melancolía
La gente siempre con prisa
La gente siempre cabreada
La gente siempre agobiada
bajo el traqueteo de las máquinas
El pavimento y sus grietas
que son la hiedra en su prolongación
que trepa por los bosques de cristal y hormigón
Una mujer maltratada por la fuerza de poseidón
se lamenta atrapada en su vida
entre los muros de una habitación
La ciudad crece lentamente echando raíces
en cada rincón
alumbrada por las farolas damas esbeltas y grises
Si la ciudad me llama invade mis cinco sentidos
si prestas atención entre el fulgor del tráfico
escucharás sus pesados latidos
El obrero que madruga llena sus pulmones con el aire viciado de los coches
Mientras la brisa acaricia las sábanas en los balcones
Como banderas sin patria, como fantasmas deformes...
Y cientos de corazones laten tras el cemento
Y cientos de párpados todavía están sellados por el sueño
Los aviones brillan con el sol intenso resplandor metálico
vuelan bajo hasta posarse más allá del extrarradio
Una doncella adolescente envejecida camina cobijada en
el calor de un cigarro
Al son metálico de las gruas unido al trino de los pájaros
Rayos de luz se deslizan sobre el asfalto como ríos dorados
Bellaza urbana de los barrios
en los que yo crecí
Hogar de miserias y alegrías
que en su periferia yo vi
El placer maldito consumio a los que se perdieron aquí
La aguja fría como un témpano que calienta las venas del hombre ruin
Yo profundizo en las entrañas
de los solares y los parques
cultivo sueños y esperanzas
y arrojo desde el ático mis temores
Pero a veces vuelven
como aviones de papel
portadores del dolor que estremece bajo la piel
Yo escribo por placer
pero tambien con picardía
para engañar con disimulo
a la puta melancolía
La gente siempre con prisa
La gente siempre cabreada
La gente siempre agobiada
bajo el traqueteo de las máquinas
El pavimento y sus grietas
que son la hiedra en su prolongación
que trepa por los bosques de cristal y hormigón
Una mujer maltratada por la fuerza de poseidón
se lamenta atrapada en su vida
entre los muros de una habitación
La ciudad crece lentamente echando raíces
en cada rincón
alumbrada por las farolas damas esbeltas y grises
Si la ciudad me llama invade mis cinco sentidos
si prestas atención entre el fulgor del tráfico
escucharás sus pesados latidos
sábado, 23 de enero de 2010
Mafred VS Kuiser
El sol empezaba a ponerse, y el público expectante en las gradas
comenzaba a impacientarse, dando lugar a un leve murmullo que fue silenciado
cuando el presentador anunció a través de un micrófono:
-!Esa peña! ¿que tal estamos? ¿estáis preparados para ver como estos hijos de puta se baten?
Acto seguido, una oleada de gritos y vítores sacudió el parque.
Desde Camapanar tenemos a... Mafred
Un leve adulación emergió dentre las personas que habían bajado de las gradas
para ver desde mas cerca el escenario.
-Y desde El Barrio de la luz tenemos a... ¡Kuiser!
Esta vez la aclamación fue seguida de aplausos y gritos de apoyo hacia el joven MC.
La batalla estaba a punto de comenzar...
A continuación, el presentador llamado Nedo, dejó el micrófono en el suelo rebusco en su bolsillo derecho una moneda y entonces dirigiéndose a Mafred dijo:
-¿Cara o cruz?
-Cara
Acto seguido Nedo , lanzó al aire la moneda. Esta cayó sobre su mano derecha.
Ambos Mc,s se inclinaron para observar cual era el resultado...
Cara
Seguidamente, cogió el micro del suelo y con una profunda y enérgica voz dijo:
-Empieza Mafred, !Dj! cuando quieras dale a esa mierda... Ya sabéis las reglas, cada uno dispone de un minuto, !tiempo!...
Dicho esto, el Dj situado a escasos metros de los raperos, dio comienzo una melodía constante, estructurada bajo un potente e incesante bum, bum clap.
Mafred tragó saliva, miro a su adversario y entonces dijo:
-Yo, yo, si mira:
Colega eres muy feo quitate la máscara
podrías ir a que te arreglaran el jeto a corporación dermoestética
Tras estas frases el público estallo en carcajadas y efusividad.
-Yeah y nunca pierdo la razón
Tus versos son más falsos que la prensa del corazón
Nuevamente la gente se desternillaba de la risa y aplaudían a
Mafred por su brillante ingenio.
-El publico me aclama cuando tu rapeas llueve
prestales un paraguas no vaya a ser que se mojen
Así de claro, sabes que te mino en la prensa del corazón
tu serías María Patiño.
Tras esta última rima, Nedo gritó:
-!Tiempo!
Acto seguido la gente comenzó a saltar y a chillar a coro el nombre de Mafred.
-Bueno,bueno,bueno... Vaya tela peña, pero tranquilos porque ahora llega el turno de Kaiser, cuando quieras man, !tiempo!
El dj repitió la operación anterior y Kaiser que se mostraba un poco nervioso e inseguro comenzó su crítica:
-Sabes que aquí soy el favorito
a mi la peña me grita ahora y también al principio
Entonces se escucharon unas leves carcajadas entre el público.
Si ganas es porque esta peña esta drogada
yo soy el mejor y tu una puta barata
El público pareció no reaccionar bien ante esta rima, ya que empezó a abuchear
a Kaiser.
Así que te callas y me comes el cipote
que ten por culo te piras de aquí...
Debido a la presión y al nerviosismo causado por el abucheo de la gente, se quedó en blanco y no pudo completar la estructura del verso.
A continuación el presentador como antes puso final a su turno y la gente exaltada volvió a vitorear el nombre de Mafred.
-Bueno peña y ahora viene la hora de la votación, cuantos de vosotros dais amor aaa Kaiser...
Abucheos, gritos, insultos, eso es lo que recibió el avergonzado muchacho que clavaba su mirada en el suelo del escenario.
-Wowowow, tranquis, jajaja, y cuantos dais amor a Mafred.
Acto seguido el público estallo en una eufórica adulación al rapero, que sonreía y se aproximaba al borde de la tarima para saludar a sus nuevos fans.
-La decisión parece unánime a ganado !Mafreeeeeeddd!
comenzaba a impacientarse, dando lugar a un leve murmullo que fue silenciado
cuando el presentador anunció a través de un micrófono:
-!Esa peña! ¿que tal estamos? ¿estáis preparados para ver como estos hijos de puta se baten?
Acto seguido, una oleada de gritos y vítores sacudió el parque.
Desde Camapanar tenemos a... Mafred
Un leve adulación emergió dentre las personas que habían bajado de las gradas
para ver desde mas cerca el escenario.
-Y desde El Barrio de la luz tenemos a... ¡Kuiser!
Esta vez la aclamación fue seguida de aplausos y gritos de apoyo hacia el joven MC.
La batalla estaba a punto de comenzar...
A continuación, el presentador llamado Nedo, dejó el micrófono en el suelo rebusco en su bolsillo derecho una moneda y entonces dirigiéndose a Mafred dijo:
-¿Cara o cruz?
-Cara
Acto seguido Nedo , lanzó al aire la moneda. Esta cayó sobre su mano derecha.
Ambos Mc,s se inclinaron para observar cual era el resultado...
Cara
Seguidamente, cogió el micro del suelo y con una profunda y enérgica voz dijo:
-Empieza Mafred, !Dj! cuando quieras dale a esa mierda... Ya sabéis las reglas, cada uno dispone de un minuto, !tiempo!...
Dicho esto, el Dj situado a escasos metros de los raperos, dio comienzo una melodía constante, estructurada bajo un potente e incesante bum, bum clap.
Mafred tragó saliva, miro a su adversario y entonces dijo:
-Yo, yo, si mira:
Colega eres muy feo quitate la máscara
podrías ir a que te arreglaran el jeto a corporación dermoestética
Tras estas frases el público estallo en carcajadas y efusividad.
-Yeah y nunca pierdo la razón
Tus versos son más falsos que la prensa del corazón
Nuevamente la gente se desternillaba de la risa y aplaudían a
Mafred por su brillante ingenio.
-El publico me aclama cuando tu rapeas llueve
prestales un paraguas no vaya a ser que se mojen
Así de claro, sabes que te mino en la prensa del corazón
tu serías María Patiño.
Tras esta última rima, Nedo gritó:
-!Tiempo!
Acto seguido la gente comenzó a saltar y a chillar a coro el nombre de Mafred.
-Bueno,bueno,bueno... Vaya tela peña, pero tranquilos porque ahora llega el turno de Kaiser, cuando quieras man, !tiempo!
El dj repitió la operación anterior y Kaiser que se mostraba un poco nervioso e inseguro comenzó su crítica:
-Sabes que aquí soy el favorito
a mi la peña me grita ahora y también al principio
Entonces se escucharon unas leves carcajadas entre el público.
Si ganas es porque esta peña esta drogada
yo soy el mejor y tu una puta barata
El público pareció no reaccionar bien ante esta rima, ya que empezó a abuchear
a Kaiser.
Así que te callas y me comes el cipote
que ten por culo te piras de aquí...
Debido a la presión y al nerviosismo causado por el abucheo de la gente, se quedó en blanco y no pudo completar la estructura del verso.
A continuación el presentador como antes puso final a su turno y la gente exaltada volvió a vitorear el nombre de Mafred.
-Bueno peña y ahora viene la hora de la votación, cuantos de vosotros dais amor aaa Kaiser...
Abucheos, gritos, insultos, eso es lo que recibió el avergonzado muchacho que clavaba su mirada en el suelo del escenario.
-Wowowow, tranquis, jajaja, y cuantos dais amor a Mafred.
Acto seguido el público estallo en una eufórica adulación al rapero, que sonreía y se aproximaba al borde de la tarima para saludar a sus nuevos fans.
-La decisión parece unánime a ganado !Mafreeeeeeddd!
jueves, 31 de diciembre de 2009
Caos nocturno
Un gato muerto yace sobre el asfalto
y en sus ojos se refleja la luna
la oscuridad me atrapó entre sus brazos
inyectando escalofríos en mi nuca
Bajo la luz de las farolas de acero
Un niño de papel llora ríos de tinta
Mis pies se hunden en el barro
Mientras el cielo negro me observa con ternura
Adolescentes pintan en la parroquia
Dios no existe por eso triunfa la escoria
Ya no temen a la cruz ni a sus historias
Pues todos somos pecadores en la tierra
Y en los suburbios los niños perdidos
albergan odio y navajas en sus bolsillos
Buscando la presa mas debil del distrito
para saciar la ira y pulsión del momento
y en sus ojos se refleja la luna
la oscuridad me atrapó entre sus brazos
inyectando escalofríos en mi nuca
Bajo la luz de las farolas de acero
Un niño de papel llora ríos de tinta
Mis pies se hunden en el barro
Mientras el cielo negro me observa con ternura
Adolescentes pintan en la parroquia
Dios no existe por eso triunfa la escoria
Ya no temen a la cruz ni a sus historias
Pues todos somos pecadores en la tierra
Y en los suburbios los niños perdidos
albergan odio y navajas en sus bolsillos
Buscando la presa mas debil del distrito
para saciar la ira y pulsión del momento
domingo, 6 de diciembre de 2009
Otra de borrachos
Canto a las princesas irreales que salen en vallas publicitarias
Vagando entre la penumbra de un amanecer sombrío
Voy dando tumbos de un lado a otro dejando caer mis babas
Bajo la mirada de las nubes tintadas de un naranja tóxico
Hoy el asfalto y la acera seran mis sábanas
Cobigaran mi cuerpo oscuro como el vacío
No es el vodka ni la mariuhana lo que arranca mis lágrimas
Son mis recuerdos fragmentados que aturden en este suburbio
Son mis ruinas mentales que vuelven efímeras
Vertiendo en mi cerebro ríos de ácido sulfúrico
Canto a los bloques marrones de estas barriadas
Y ellos siempre me responden con un lamento mudo
¿Porque este sin sentido? en la ciudad de corazones con corazas
Envueltos en una atmósfera de vicio y bullicio
¿Porque este malherido transeúnte no encuentra la calma?
Arrancaré mi corazón y lo enterraré bajo el asfalto
Vagando entre la penumbra de un amanecer sombrío
Voy dando tumbos de un lado a otro dejando caer mis babas
Bajo la mirada de las nubes tintadas de un naranja tóxico
Hoy el asfalto y la acera seran mis sábanas
Cobigaran mi cuerpo oscuro como el vacío
No es el vodka ni la mariuhana lo que arranca mis lágrimas
Son mis recuerdos fragmentados que aturden en este suburbio
Son mis ruinas mentales que vuelven efímeras
Vertiendo en mi cerebro ríos de ácido sulfúrico
Canto a los bloques marrones de estas barriadas
Y ellos siempre me responden con un lamento mudo
¿Porque este sin sentido? en la ciudad de corazones con corazas
Envueltos en una atmósfera de vicio y bullicio
¿Porque este malherido transeúnte no encuentra la calma?
Arrancaré mi corazón y lo enterraré bajo el asfalto
sábado, 5 de diciembre de 2009
Romance del borracho
Hoy vi a un vagabundo enamorado de la luna
envuelto entre las sombras de los suburbios
abrazado a una farola que fue la cuna
de la soledad alcoholizada y sus delirios
Hoy yo le vi vagar perfumado con ginebra
Hoy yo le vi llorar a un paso del inframundo
¿Porque cantas a la luna? alma presa de tabernas
¿Porque alargas tus manos soñando tocar el cielo?
Tan patético y solitario de ti se burlan las estrellas
Hoy vi a un vagabundo que vagaba en los suburbios
enamorado de la luna abrazado a una botella...
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